viernes, 22 de junio de 2012

Algeciras, mis recuerdos en la niñez.



Bueno empezaré diciendo que nací en Algeciras, un 14 de Enero del 1956, en la Calle Ruiz Zorrilla nº. 8, también llamada El Secano,  en esa calle, todavía existe la casa, es la única  fachada antigua que sigue estando como cuando nací.

En aquellos días  mi casa  estaba situada frente a  la Plaza de Toros La Perseverancia, esta plaza, tenia la fachada pintada por todas sus caras, con situaciones taurinas, en una de ella se veía un hombre saltando una valla, y un toro queriéndole coger,en otra el toro de Domecq, y así se podía ver diferentes escenas todas ellas referidas al toro , la parte baja estaba rodeada de jardines, y en un costado había una escuela de parvulo,a la que me llevaban, recuerdo que la señorita se llamaba Juanita, y todas   las mañanas,  le regalaba dos o tres flores moraditas,  que se criaban en el jardín que rodeaba la escuela, era como un ritual, esta señorita me hizo quitar la costumbre de escribir con la mano izquierda, eran mesitas redondas de unas seis niñas, y me ocultaba con mi compañera para que no me viera, pero ella sabía más que yo, aunque hoy en día uso las dos manos, en esos años lo pasé mal, recuerdo que nos daban leche en polvo para llevar a la casa, y por Reyes nos daban un regalo.



De allí pasé a la Academia Estudios en la calle Fuente Nueva , cuyo maestro y director era Don Antonio Triano,este era el clásico maestro de los pellizcos en las manos y los castigos de rodillas, allí fue donde hice la Primera Comunión a  la edad de 8 anos, fue muy bonito, pues la hicimos en San Isidro y desde la Fuente Nueva íbamos en procesión hasta  la iglesia,  vestidos de comunión y los compañeros  que nos acompañaban iban vestidos con el uniforme de la escuela, los más mayores llevaban un estandarte y banderas con el escudo del colegio.



Fue una época muy bonita, pues recuerdo que mi mejor amiga se llamaba Isabel M. era la hija pequeña del dueño del bar Cachafeiros, vivía dos o tres puertas después de mi casa, recuerdo que nos poníamos con los recortables a vestir  las muñecas, y se nos pasaban las horas sin darnos cuenta, pues nos entreteníamos mucho, con las que entonces llamábamos mariquitinas, por las tardes en invierno mi madre se ponía a jugar conmigo a los cromos, o a contarme historias, mientras mi padre regresaba del trabajo, los días que había corridas de toros, aquello se llenaba de personas para entrar y nosotros nos distraíamos viéndoles pasar, pues era costumbre sacar las sillas a la calle y la mayoría de los vecinos lo hacían, luego los domingos era salir para dar una vuelta, ir a misa y merendar en la Plaza Alta en la Cafetería Mercedes,  y asomarnos al Mirador de la Escalinata desde donde se veía el puerto, luego de regreso a casa,  y hasta el siguiente domingo.



Son fases de la vida que no se olvidan,  pues  éramos más felices que muchos niños de hoy,  ya que no valoran lo que tienen.

Como habréis  visto estas fueron  mis vivencias en Algeciras.           

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